Xosefa Xovellanos

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Descripción

Premio de novela en asturiano.

Dentro de las medidas de apoyo al proceso de normalización lingüística en Asturias, desde el primer momento del llamado Surdimientu, merecieron especial atención aquéllas orientadas a consolidar una tradición literaria en lengua asturiana, como medio más eficaz para alcanzar un objetivo primordial en dicho proceso y valor no siempre asentado en nuestra sociedad: la estima social por la lengua en tanto vehículo de cultura.

Dentro de la tradición literaria asturiana anterior, ni especialmente cuantiosa ni, salvo notables excepciones, de calidad reseñable, aún el género narrativo resultaba prácticamente marginal frente a la cierta popularidad alcanzada por la poesía o el teatro costumbrista y festivo.

Efectivamente, dejando de lado nuestra riquísima tradición oral, nunca se había llegado a consolidar una narrativa escrita de entidad y la escasa producción se reducía a unas cuantas narraciones breves (cuentos) sin llegar nunca a relatos amplios y de estructura novelesca, lo cual resultaba de especial gravedad habida cuenta de que había de ser (y ha de ser aún) éste el género llamado a llevar el mayor peso de la normalización de la lengua, fundamentalmente debido a su mayor accesibilidad al gran público, su mayor prestigio social y/o, desde un punto de vista estrictamente lingüístico, su papel esencial en la fijación normativa del idioma y en el desarrollo de su capacidad discursiva.

Consideradas así las cosas, uno de los primeros pasos en lo relativo a normalización lingüística de los sucesivos gobiernos preautonómicos y, luego, autonómicos asturianos, fue la institución de un premio de narrativa destinado a estimular la creación mediante una dotación económica no desdeñable, máximo en un ámbito, el de la literatura asturiana, en el que la idea de profesionalización del escritor resulta poco menos que quimérica, y mediante la posibilidad de edición de la obra, algo tampoco nada fácil hasta los últimos años.

A tal efecto, la extinta Diputación Provincial de Asturias, por medio de la Comisión de Cultura presidida por el diputado Xuan Xosé Sánchez Vicente, convoca en el año 1980 el 1º Concurso de Narraciones Cortas en Bable y Castellano, cuyos primeros galardonados fueron Miguel Solís Santos y Roberto González Quevedo ex aequo en la modalidad de asturiano y José Ángel Ordiz Llaneza en la modalidad de castellano, cuyos relatos fueron publicados por la propia diputación al año siguiente en un único volumen.

Posteriormente, el concurso, ya especializado en narrativa en asturiano, cambiaría su denominación primero por el de Principáu d’Asturies (desde 1982) y, finalmente, por el nombre de la escritora ilustrada gijonesa Xosefa de Xovellanos (desde 1983), siendo convocado en sucesivas ediciones por la ya constituida Consejería de Educación y Cultura del gobierno autonómico asturiano (1).

Su creciente dotación económica, la notoriedad social de los miembros de los sucesivos jurados y el ser durante muchos años, como se dijo, prácticamente la única posibilidad de edición de novela en asturiano, contribuyeron a que el prestigio del premio fuese en aumento a través de las distintas convocatorias, constituyéndose como el principal referente del año literario en lengua asturiana.

Efectivamente, el Xosefa de Xovellanos marcó durante la última década el pulso de nuestra literatura: distinguió a casi todos los principales narradores asturianos actuales, señaló las nuevas tendencias a seguir, y evolucionó con ella en lo que se refiere a extensión, diversidad y complejidad, como muestra tan sólo un breve repaso a las variaciones de sus bases a través de los años.

Así, lo que era en origen un concurso de narraciones cortas, se definió enseguida como premio de novela curtia, para finalmente, hoy, no admitir creaciones de menos de cien páginas.

Pero sin duda, la mejor muestra de esta evolución la constituyen las propias obras premiadas, todas ellas editadas: 1980, Miguel Solís, Astor o un ensayu pa una nuea mitoloxía, y Roberto González Quevedo, Pul sendeiru la nueite (Oviedo, 1981); 1981, Miguel Solís, L’oxetu la caridá, y Andrés Solar, Xuan y Xuanín (Oviedo, 1982); 1982, Carlos Rubiera, Nublu de mar y de distancia (Oviedo, 1983); 1983, Xuan Xosé Sánchez Vicente, La muerte amiya de nueche (Oviedo, 1984); 1984, Miguel Solís, El trunfu prietu (Oviedo, 1985); 1985, Adolfo Camilo Díaz, Añada pa un güeyu muertu (Oviedo, 1986); 1986, Antón García, El viaxe (Oviedo, 1987); 1987, Xilberto Llano, De Corinto de Grecia (Oviedo, 1988); 1988, Miguel Rojo, Asina somos nos (Oviedo, 1989; en 1989 fue declarado desierto siéndole concecido un áccesit a Xulio Viejo, Na llende del condicional perfeutu (Gijón, 1991); 1990, José Horacio Serrano, Como tu quieras (Oviedo, 1991); en 1991 quedó nuevamente desierto; 1992, Ismael María González Arias, El cuartu negociu (Oviedo, 1993) y en 1994 Xandru Fernández, El club de los inocentes.

Concejo de Gijón

Prehistórico y romano, revolucionario, urbano, minero, metalúrgico, vanguardista, marinero, cosmopolita, festivo y hospitalario. Así es el concejo de Gijón.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Gijón son: Carreño, Corvera de Asturias, Llanera, Sariego, Siero y Villaviciosa. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Gijón, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de Gijón

Prehistórico y romano, revolucionario, urbano, minero, metalúrgico, vanguardista, marinero, cosmopolita y festivo, culto y hospitalario, y también rural. Así es el concejo de Gijón.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Gijón. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«Eventos gastronómicos. Jornadas del Bonito: En la localidad costera de Candás se celebra anualmente las Jornadas del Bonito, un pescado muy apreciado en la gastronomía asturiana. Durante estas jornadas, los restaurantes de la zona ofrecen menús especiales centrados en el bonito, destacando platos como el bonito en escabeche, bonito a la parrilla o empanadas de bonito. Es una excelente oportunidad para disfrutar de los sabores del mar Cantábrico.»