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Santuario de Nuestra Señora de Contrueces | Pinturas murales | Patrimonio cultural | Patrimonio religioso | Santuarios | Gijón | Xixón | Gijón | Comarca de Gijón | Centro de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.
Descripción
En Contrueces se encuentra el santuario de Nuestra Señora, que ocupa un lugar importante en la historia de Gijón.
La Virgen que allí se venera es para muchos la verdadera patrona de la villa, y a su alrededor se celebraban en el pasado romerías y fiestas en honor de San Fernando y San Miguel —a finales de mayo y de septiembre, respectivamente— durante tres días.
Ya en el año 1636 los vecinos declaraban la necesidad de esa feria en Contrueces, que fomentaba la devoción a la Virgen de Contrueces, pero que también tenía una gran repercusión económica, con compra y venta de ganado caballar, mular y vacuno.
La lejanía del lugar hizo que la más céntrica ermita de Begoña le ganase terreno y acabase siendo considerada como patrona de Gijón la Virgen de Begoña, y que el entonces barrio de la Fuente Vieja pasara a llamarse «barrio de Begoña», hoy en el corazón de la ciudad.
Aunque el santo patrono de Gijón es San Pedro, muchos gijoneses acuden, todos los años, el domingo que sigue a la fiesta de Begoña, a la iglesia de Contrueces.
Hay documentación municipal en la que consta por qué la fiesta de Contrueces es el domingo siguiente a la Virgen de Begoña.
En las Actas del día 4 de julio de 1844 se lee:
«Teniendo presente la determinación tomada que el 15 de agosto de cada año se tenga una misa en la iglesia de Contrueces, por el Sacristán Mayor como acto de posesión del Ayuntamiento, pero teniendo también en consideración que en el día referido debe haber otra solemne en esta iglesia parroquial, se determinó que la de Contrueces se diga en el domingo siguiente al dicho día 15».
La iglesia es heredera de otra cuya existencia consta ya en el año 905, aunque la actual es de los siglos XVII y XVIII, con una única nave y una hermosa cúpula.
Gaspar Melchor de Jovellanos habla no pocas veces en sus «Diarios» de este santuario, y así anota en 1794 que el obispo había decidido, para preservar su quietud, vallar todo el recinto, pero el Ayuntamiento protestó y no permitió tal cosa, ya que «todo el recinto era público, destinado para las romerías y fiestas, para la devoción y esparcimiento de los que iban al santuario».
El recinto está vallado con un llamativo murallón, tipo fortaleza, desde hace muchos años, y ya en 1884 nos lo dibujó así el grabador y dibujante gijonés Nemesio Martínez Sierra en su libro «Guía Ilustrada de la Villa y Puerto de Gijón».
Parece ser que la construcción del santuario de Contrueces comenzó durante el reinado de Alfonso III el Magno, último rey de la monarquía asturiana, que lo fue entre los años 866 y 910.
Pero el conjunto fue destruido hacia el siglo XVI.
Tras sucesivas reconstrucciones, lo que vemos hoy comenzó a levantarse en 1638, con planos del maestro de obras Gonzalo de Güemes Bracamonte.
A la muerte de éste, la obra fue continuada por Fernando de la Huerta, que empleó, como su antecesor, piedra traída de las canteras existentes en Los Caleros y en Bernueces.
La obra se terminó en el año 1660.
El principal promotor de la iglesia fue Fernando de Valdés, destacado personaje en aquel Gijón del siglo XVII, e hijo de Pedro de Valdés, residente en Roces.
Fernando Valdés tenía grandes posesiones en todo el concejo y negocios de pan, vino y hierro.
Su casa solariega estaba situada en el actual edificio del Colegio Santo Ángel, en el llamado Campo Valdés o «campo frente a la casa de los Valdés».
La iglesia guarda un crucifijo del siglo XV, una imagen de Santa Apolonia y un magnífico retablo, donde está situada, presidiendo el templo, la Virgen de Contrueces.
La imagen de Santa Apolonia, abogada de los que padecen dolor de muelas y patrona de los dentistas, es una talla de madera, de medio metro de altura, datada entre los siglos XIV-XV.
El robo de esta imagen, en junio de 1970, causó revuelo en Gijón durante quince días, tras los cuales el anónimo ladrón la devolvió.
No fue éste el único hurto que tuvo lugar en esta iglesia, ya que, en las tradiciones locales, siempre se mantuvo que en sus cercanías había «ayalgas», tesoros escondidos «del tiempo de los moros». Tradiciones nada extrañas si tenemos en cuenta que el primitivo santuario, construido en tiempos de Alfonso III, seguramente ocupó el lugar de un enclave precristiano considerado mágico.
Incluso cuando se construyó la carretera del Obispo, a mediados del siglo XVII, se habló de misteriosos túneles encontrados en la zona para poder salir de la iglesia y de la cercana Casa de Novenas, sin ser visto.
Aunque en la actualidad no hay costumbre de colocar exvotos en esta iglesia, antiguamente estaba atestada de ellos, como relata Fabriciano González, «Fabricio», quien fue cronista oficial de la villa de Gijón desde 1943 hasta 1950.
Cuenta Fabricio que habitualmente eran barcos y objetos relacionados con la labor marinera, y que la costumbre decayó al tener «más éxito» el Cristo de Candás y la Virgen de Covadonga.
Entre los curiosos exvotos que citan Fabricio y otros cronistas, se encuentra un cuadro representando a un gijonés que cayó al mar desde la Casa de las Piezas, desde «El Cascayu»; la Virgen de Contrueces, que aparece pintada en una esquina, intervino y salvó al joven.
Un exvoto muy popular era la placa que hablaba de Francisco García de Jove, ermitaño de Contrueces, que a finales del siglo XVII se cayó desde el desván de la Casa de Novenas, resultando indemne.
Jovellanos, habitual visitante de Contrueces, dio también señales de su agradecimiento a la Virgen dejando junto a ella un exvoto que describe en sus «Diarios». El exvoto, que no se conserva, consistía en una placa de mármol con una dedicatoria.
En 1966 la Virgen de Contrueces fue trasladada por primera vez en procesión hasta la iglesia de San Pedro.
La causa fue una sequía muy importante que padeció Gijón, y con el traslado se pretendía que la Virgen intercediese a favor de la lluvia.
Para ello se instauró una costumbre local: la imagen de la Virgen del Rosario, que estaba en San Pedro, era llevada en procesión hasta Contrueces, y la de Contrueces a la iglesia Mayor de San Pedro durante nueve días.
Este intercambio continuó realizándose anualmente al menos hasta 1723.
El traslado y la caminata se solían amenizar con fiestas y distintos actos.
Por ejemplo, se disparaban salvas desde Santa Catalina cuando la Virgen del Rosario salía, y en el otro extremo de la peregrinación, en Contrueces, sacaban al Cristo de la iglesia para despedir y recibir (nueve días más tarde, el tiempo para hacer una novena) a Nuestra Señora de Contrueces.
Esta iglesia fue uno de los pocos templos que se respetó durante la guerra civil.
No obstante, su estado en 1940, tal como relataba Fabriciano González en el diario «Voluntad» el 13 de agosto de este año, era lamentable:
«Se nos sobrecogió el ánimo a la visita del ruinoso santuario: el cobertizo del cabildo se desmorona; la humedad invade sus muros; la hiedra; los líquenes y jaramagos ascienden por ellos hasta formar un matorral sobre el tejado, abierto al cielo por varias partes».
Los religiosos del Corazón de María tomaron posesión del conjunto del santuario de Contrueces en 1947, y a partir de esa fecha se realizaron numerosos arreglos en la iglesia.
El barrio de Contrueces fue motivo, en diciembre de 1994, de una excelente exposición, «Contrueces en la Memoria», sobre la historia reciente del barrio, y unos meses antes otra muestra —organizada, al igual que la anterior, por la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular del Ayuntamiento de Gijón— fue dedicada monográficamente a la ermita.
En ella se recordó su larga historia, se mostraron las verdaderas imágenes de Santa Apolonia y del Santo Cristo e incluso se reprodujeron, en el techo de la sala de exposiciones del centro municipal, las pinturas de la cúpula.
Gracias a la exposición, los vecinos de Contrueces pudieron, además de ver estas imágenes —en muchos casos por primera vez—, conocer la historia del templo, y saber, así, que durante la guerra de la Independencia sirvió de polvorín, dada su privilegiada situación sobre Gijón.
A este hecho hacen referencia en distintas ocasiones las actas municipales de aquel año (1808):
«Se introducen en la capilla de Contrueces la pólvora y demás pertrechos de guerra remitidos por Inglaterra, poniendo a salvo los vasos sagrados y demás efectos pertenecientes al citado Santuario».
«Hubo peligro de incendio en la capilla y peligro en la vida de los vecinos que a aquel lugar acudieron con ocasión de las ferias de San Miguel, San Francisco y San Fernando y se acuerda trasladar dichas ferias al Omedal».
(Archivo Municipal de Gijón.
Acta de los días 7 de julio y 5 de septiembre de 1808).
Tras varios años de deterioro continuo, la iglesia fue parcialmente rehabilitada por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias en el año 2001.
Se restauraron la cúpula y el retablo de madera del siglo XVII, en el que los expertos encontraron abundantes deterioros.
El autor de este retablo fue el gran escultor barroco Luis Fernández de la Vega, natural de Llantones, cuyo valor ya en su día fue destacado por el mismo Jovellanos.
También fueron objeto de cuidados la imagen de la Virgen de Contrueces y las de San Joaquín, San Fernando y Santiago Matamoros.
La restauración, coordinada por Natalia Díaz Ordóñez, devolvió, asimismo, su antiguo esplendor a la cúpula y sus valiosas pinturas.
Fuente: «Los barrios del Sur». Editor: Ayuntamiento de Gijón (julio 2002). Texto general: Luis Miguel Piñera Entrialgo.
Textos sobre espacios verdes: Francisco Javier Granda Álvarez.
NOTA: La iglesia o santuario de Nuestra Señora de Contrueces está compuesta por nave única con tres tramos separados por pilastras y arcos fajones, con capillas laterales abiertas en el central, más bajas que la nave, y sobre el tramo de la cabecera, una cúpula rebajada sin proyección externa.
Por fuera, el edificio refleja la disposición espacial interna; la desnudez decorativa sólo se rompe en las dos puertas de acceso, cuyos marcos lucen molduras con orejas.
Ubicación de la pintura mural
Bóveda vaída y tímpanos norte y sur del presbiterio
Tema
Representación de santos, ángeles y de los Evangelistas, además de ornamentación vegetal
Estilo
Barroco popular.
Finales del XVII o principios del XVIII
Reseña histórico-artística del edificio
Santuario barroco, obra del arquitecto Gonzalo Güemes Bracamonte, construido bajo la dirección de Francisco de Cubas Simontino(1638 a1660).
El edificio presenta una nave única, dividida en dos tramos mediante arcos fajones, y cubiertas de crucería sobre pilastras.
Cuenta con dos capillas en el crucero, a las que se accede mediante vanos resueltos con arcos de medio punto; estas capillas cubren con bóveda de crucería.
La cabecera es recta y de planta cuadrangular, estando elevada respecto al cuerpo y cubriendo con bóveda vaída.
Además, adosa dos dependencias o sacristías, una en cada muro.
La fachada occidental presenta una puerta de ingreso adintelada.
Sobre ésta, una hornacina, rematando con una espadaña de dos pisos y tres huecos.
En el costado sur de la nave se localiza una segunda puerta de acceso al templo.
Contó con un cabildo en forma de U, del que se conserva la solera y el cercado del murete, a los pies y en las dos orientaciones laterales.
Descripción de la pintura mural
La composición pictórica de la b óveda se organiza en tres círculos compartimentados en dieciséis casetones trapezoidales, definidos por los nervios radiales que surgen de la clave, resueltaa modo de colgante con cuatro volutas.
En el primer círculo se representan bustos de ángeles entre nubes.
Responden todos ellos a un mismo modelo con pequeñas variaciones que individualizan las imágenes.
En el segundo circulo, y encabezados por san Pedro y san Pablo flanqueando a un ángel con el trigrama de Jesús, se representa a unos ángeles con los símbolos de la pasión de Cristo: la cruz, la corona de espinas, el paño de la Verónica, una escalera, un martillo y la cartela de la cruz, los clavos de Cristo, la lanza de Longinos y la columna,… Se completa este círculo con la representación del arcángel san Rafael y la del Ángel de la Guada.
En el tercer círculo se representan catorce santos, quedando dos casetonos ocultos tras el retablo.
Los santos representados sonsan Nicolás de Bari, santa Ana enseñando a leer a su hija, san Jerónimo ermitaño,san Antonio de Padua, santo Tomas de Aquino,santa Isabel de Portugal, un santo dominico, santa Rosa de Lima, santa Buenaventura, santa Eulalia de Mérida, san Benito de Nursia, santa Maria Magdalena,san Francisco Javier y san Francisco de Paula.
Los nervios y bandas se decoran con colgantes vegetales.
Los del primer círculo a base de laurel y los otros dos, así como las bandas circulares y pechinas, a base de colgantes de frutos con zarcillos.
En las pechinas se representan óvalos destinados a acoger a los Evangelistas.
En dos de ellos se localizan san Marcos y San Lucas escribiendo los Evangelios, acompañados de sus símbolos.
Concejo de Gijón
Prehistórico y romano, revolucionario, urbano, minero, metalúrgico, vanguardista, marinero, cosmopolita, festivo y hospitalario. Así es el concejo de Gijón.
Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Gijón son: Carreño, Corvera de Asturias, Llanera, Sariego, Siero y Villaviciosa. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Gijón, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.
Comarca de Gijón
Prehistórico y romano, revolucionario, urbano, minero, metalúrgico, vanguardista, marinero, cosmopolita y festivo, culto y hospitalario, y también rural. Así es el concejo de Gijón.
La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Gijón. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.
Conocer Asturias
«Playa de Gulpiyuri: Situada cerca del pueblo de Naves, esta pequeña y pintoresca playa es única en su tipo. Lo más sorprendente es que se encuentra tierra adentro, a unos 100 metros de la costa, y está conectada al mar a través de una serie de cuevas y grietas en las rocas.»
Resumen
Clasificación: Patrimonio cultural
Clase: Patrimonio religioso
Tipo: Santuarios
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Gijón
Parroquia: Xixón
Entidad: Gijón
Zona: Centro de Asturias
Situación: Costa de Asturias
Comarca: Comarca de Gijón
Dirección: Contrueces
Código postal: 33201
Web del municipio: Gijón
E-mail: Oficina de turismo
E-mail: Ayuntamiento de Gijón
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